Nassau es la capital de la nación, que impacta desde la New Providence Island, con los mejores sitios históricos. A pesar de su estilo americano moderno, tiene un innegable sabor caribeño. Esto se refleja especialmente en el centro, cuya arquitectura conserva el estilo inglés de los edificios del siglo XIX. Es tan pequeño que puede recorrerse a pie.
Las calles nos llevarán hasta Parliament Square y el Fort Fincastle. Es interesante visitar la biblioteca pública, que se encuentra en el mismo edificio en el que antes estaba la prisión. Las celdas son hoy inmensas estanterías, que sostienen ejemplares de la colección. Todas estas construcciones tienen sus paredes blancas y rosas, colores claros que respetan la tradición de utilizar pasteles.
La Escalera de la Reina, de finales del siglo XVII, se construyó a costa de quinientos esclavos, que trabajaron durante dieciséis años y finalmente la abandonaron sin terminar a causa de la abolición de la esclavitud, en 1834. Es todo un símbolo, y no puede dejar de conocerse. Uno puede terminar de sumergirse en el pasado acudiendo al Museo Histórico, que data del siglo XVIII y está ubicado entre las calles Market y Bay.
Para acercarse por completo a la cultura local, es muy buena idea presenciar alguna pieza en el centro de artes. El Nassau Dundas Performing Arts Center nos asegura una inmersión en las tradiciones más arraigadas; Una vuelta por el Junkanoo Expo también transmite la cultura nativa, pero esta vez desde las pinturas y artesanías.
El recorrido por el centro puede terminar en la calle de la Bahía, avenida que reúne las grandes tiendas. Desde shoppings hasta puestos callejeros que ofrecen Gucci junto con artesanías. Allí mismo se encuentra el Straw Market, nada más y nada menos que el mercado de paja más grande del mundo.
Los amantes de las plantas tropicales podrán apreciar más de 300 especies en el Jardín Real Victoria, pero más de uno se decepcionará al llegar a sus playas en busca de vegetación virgen y selvática. Por eso, esta ciudad es perfecta sólo para quien vaya en son de diversión nocturna. Si uno prefiere un edén de arena, mejor visitar Cable Beach o Paradise Island, lugares de playas eternas, aunque también será imposible eludir los complejos turísticos.
Hay cientos de barcos que parten en excursiones diarias para llegar hasta los desérticos cayos. Para los más glamorosos, se organizan cruceros a islas privadas, ideales para quienes busquen playa, exclusividad y diversión hasta altas horas.
Un paseo hacia el sur nos llevará hasta el St. Augustine Monastery, para admirar los diseños de su cruz, que han sido pintados a mano.El mar turquesa es dueño de un puerto que jamás descansa. Durante casi todo el año llegan cientos de cruceros, provenientes en su mayoría de EE.UU.
Es que esta tierra complace a los gustos más diversos. La vista panorámica desde el Fort Charlotte es la postal ideal para la despedida.
BERRY ISLANDS: A unos kilómetros de Nassau, yace esta mínima isla de formaciones rocosas. Es fantástico sumergirse en las irregularidades de su profundidad, que también guarda restos de algún que otro naufragio.
Una ciudad así no puede pasar desapercibida sino ser disfrutada con todas las atracciones que ofrece, así que no dejes de pasarte por Nassau.
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