El vino argentino es uno de los más populares del mundo, siendo considerado en su país como la bebida nacional. Gracias a su calidad, ha ganado territorio en el mercado mundial, viéndose reflejado en el record histórico que marcó en ventas con un alza del 17% en 2010 con respecto al 2009, desplazando así, a Chile como el principal vendedor de vinos en Estados Unidos.
Su origen se establece en ciudades como Mendoza y San Juan, puntos estratégicos para su producción y distribución en todo el país en 1562, desde entonces su calidad ha ido incrementando convirtiendo a Argentina en el mayor productor de vino de Latinoamérica y el quinto mayor productor en todo el mundo.
Uso del vino en Argentina
Los argentinos son uno de los más grandes bebedores de vino en el mundo, con 30 litros por habitante por año, consumen la mayor parte de lo que producen. El vino es consumido directamente como bebida y como un ingrediente clásico en la gastronomía de Argentina, seguido de ingredientes como el aceite de oliva, el limón, el ajo, la cebolla y el laurel, todos propios de la dieta mediterránea.
El vino tinto es el preferido de los argentinos, que acompaña maravillosamente el asado, plato típico de la cocina argentina. El vino blanco y rosado son los menos consumidos, pero no son despreciados del todo. Por otro lado, a pesar de la gran atracción de los argentinos por el vino, no dejan de lado otros licores, entre ellos la champaña.
Turismo
El turismo enológico, es el turismo dedicado a la ciencia, técnica y arte de producir vinos. En argentina, éste tipo de turismo ya es común, dando a conocer la producción de sus vinos, su arquitectura, su cocina y la idiosincrasia familiar de cada empresa ligada a la labor agrícola.
El incremento de la atracción por los vinos hasta llegar a convertirlo turismo, se justifica al aumento de la demanda que experimenta esta actividad y por el impacto que está generando en la bodegas de Argentina, tanto como en su economía.