Usualmente un cementerio no se toma en cuenta como destino turístico, pero estando en Milán, dejar de visitar el Cementerio Monumental de Milán (Cimitero Monumentale di Milano en italiano) es desaprovechar una buena experiencia. Cuenta con una serie de monumentos y hermosas estatuas, por lo que es considerado como una de las imágenes turísticas más importantes de Italia, pues en él descansan los restos varios personajes ilustres de la ciudad.
Fue construido por Carlo Maciachini entre los años 1863 y 1866 en Porta Volta apoyado por gran cantidad de artistas; Este cementerio es el predilecto de las familias más adineradas y en su interior se puede encontrar una estructura rica en obras de arte.
Entre algunas de las personalidades que se encuentran enterradas en este lugar se puede nombrar a Alessandro Manzoni, Pietro Mascagni, Arrigo Boito, Francesco Hayez, Carlo Forlanini, Maria Callas, Eugenio Montale, Elio Vittoriani, el General Carlo Alberto Dalla Chiesa y muchos otros.
Visitar este camposanto es como acudir a un museo a cielo abierto y escudriñar la historia contemporánea de los más importantes personajes milaneses e italianos que allí descansan. Incluso se le considera como mayor monumento de arte funerario después de las pirámides, pudiéndose encontrar diversas esculturas en las tres partes.
El Famedio
Su nombre proviene del latin famae aedes, que significa templo de la fama y es la entrada principal al cementerio; Un estilo neo-medieval predomina en su costrucción de marmol y ladrillos con el objetivo inicial de ser una iglesia, pero desde 1870 se tornó en un lugar de sepultura para la aristocracia italiana. Hay dos secciones importantes que visitar, la israelita y la Acatolica; ubicadas una a cada lado del Famedio.
El Ossario
Esta zona está ubicada en el centro de la via central del cementerio y alberga en su parte interna a los cuerpos más antiguos. Cuenta con una terraza desde la cual es posible divisar buena parte del cementerio. Sus paredes tienen lápidas recordatorias de ilustres ciudadanos enterrados en otros cementerios de la ciudad.
El Templo crematorio
Está localizada en el tramo final de la via central, a unos 625 metros de la entrada; Aunque esté en desuso sigue siendo testimonio de esa voluntad milanense pues alberga esos discernimientos sobre la cremación y las creencias religiosas, contrastándose con los conocimientos científicos. En el templo crematorio hay considerables urnas y esculturas de científicos y médicos de la época que apoyaron la cremación como alternativa.