Wimbledon, donde se juega el mejor tenis del mundo

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Cada año, visitantes de todo el mundo llegan a Londres para ser partícipes del ambiente festivo que se vive en el barrio de Wimbledon por el torneo de tenis que ahí se celebra y que este año comienza el 21 de junio y concluye el 4 del siguiente mes.

Wimbledon es un pintoresco y agradable barrio de clase media situado al sudoeste de la capital británica; cuenta con edificios imponentes y antiguos. Sin embargo, nunca trascendió este barrio hasta que se organizaron formalmente los campeonatos del All England de Tenis en los años 60.

Wimbledon, en Londres, y Roland Garros, en París, son sinónimo de tenis al más alto nivel. El club de Wimbledon fue fundado en 1869 y durante más de cien años se han disputado campeonatos de tenis. En sus inicios, sólo los jugadores amateurs podían participar. Fue a finales de los años 60 que las pistas se abrieron a todo el mundo, convirtiéndose así en uno de los más importantes torneos mundiales de tenis.

Cada año, durante la última semana de junio y la primera de julio, los mejores tenistas acuden al importante torneo del Grand Prix. Para esas fechas se ofrecen servicios especiales de trenes y autobuses a los campos de tenis, y las carreteras del sur de Londres se llenan de taxis pues estacionarse en Wimbledon o en sus cercanías se vuelve una verdadera pesadilla. Los hoteles londinenses se abarrotan durante los torneos y obviamente suben sus tarifas.

Los campeonatos se disputan en las 16 pistas de césped de Wimbledon y el Centre Court, la pista principal, sólo se utiliza durante la quincena que dura el campeonato. La obsesión de los organizadores es conseguir un césped impecable el primer día del torneo pues cualquier marca en él antes de empezar los partidos podría significar el fin del All England —según reza la tradición.

Si tiene la suerte de encontrarse en el sitio adecuado a la hora adecuada, es posible conseguir entradas para el Centre Court. Los socios del All England Club tienen preferencia, aunque la venta de boletos se anuncia en el periódico londinense “The Times”, sin precisar los precios. Las fases finales del torneo son las que cuentan con la mayor demanda y resulta literalmente imposible conseguir entradas para los encuentros finales.

El “jet set” europeo y americano se da cita en los palcos; para ellos es muy importante ver y dejarse ver en los partidos que se trasmiten por televisión a todo el mundo. Por tradición, las personas que se marchaban antes de que finalizaran los partidos, solían regalar sus entradas a los que esperaban fuera del recinto hacia el final de los partidos. Esta costumbre, por lo caro de las entradas, ya no se practica.

Una de las tradiciones durante los partidos en Wimbledon, las dos semanas del torneo, es comer fresas con crema en los diversos restaurantes y cafés. En el All England Club sirven unos fresones enormes con crema chantilly y sus precios están por las nubes. La bebida clásica es Pimms, una bebida de verano que consiste de una mezcla de vino y hierbas con un fondo de ginebra.

Por Jesús Bustamante