En el mes de enero de 2006, tuve oportunidad de viajar a Italia, el destino era la ciudad de Trento; partimos desde Madrid hacia el aeropuerto de Malpensa que se encuentra a unos 80 km de Milán, y el trayecto en bus desde el aeropuerto hacia esa ciudad, normalmente se hace en 55 minutos.
Cuando el avión aterrizó, estaba nevando y cada vez era mas intensa la tormenta que se había desatado.
La ruta desde Malpensa a Milán estaba totalmente congestionada y arribamos a las 8 de la noche aproximadamente, es decir tardamos alrededor de 3 horas.
El bus, en la mayoria de los tramos avanzaba a paso de hombre y cada vez nevaba más fuerte. El punto de llegada del transporte era la Estación Central de Milán, en donde teníamos previsto tomar un taxi para ir hasta el hotel en donde hicimos la reserva para pasar la noche y al otro día hacer en tren el trayecto hasta Trento.
Buscamos la parada de taxi, que se encontraba al costado de una de las puertas de la estación….y nos encontramos con una fila de alrededor de treinta personas esperando.
El problema era que los taxis aparecían cada muerte de obispo, como se dice normalmente. La nevada arreciaba y la espera era a la intemperie; así pasaron como noventa minutos, durante los cuales, pensaba que los argentinos somos de quejarnos en nuestro país…. Es cierto, tendremos miles de defectos, y muchas cosas no andarán bien, pero les puedo asegurar que en Argentina, ni siquiera en la modesta estación de buses de mi ciudad, existe tal escasez de taxis.
Luego de semejante espera… por fin quedamos primeros en la fila¡¡¡¡ aleluya¡¡¡¡ podríamos ir al hotel y estar en un lugar cálido y reconfortante¡¡¡¡¡ No podíamos creerlo¡¡¡¡ Imaginen… salimos de Madrid a las 14:30 hs y eran las 21:30 y aún no habíamos llegado al hotel…..Llega el taxi¡¡¡¡¡¡ nuestra algarabía era inmensa¡¡¡¡ subimos al taxi muertos de frío, le decimos al chofer la dirección del hotel, y dijo algo que yo no entendía; mi novio me decía que teníamos que bajar, que el hotel quedaba cerca, y yo le respondía por mas que quede a una cuadra que vayamos en taxi, que había como 30 cm de nieve, que seguía nevando¡¡¡ que no quería bajarme del taxi¡¡¡¡¡
Efectivamente el hotel estaba a unas 4 cuadras de la estación, y yendo en auto serían unas 8 cuadras…. el chofer se negó a llevarnos dada la cercanía, por lo cual tuvimos que atravesar una plazoleta con nuestras valijas de 20 kilos, abriendo surcos en esa mezcla de barro y nieve…..bajo una tormenta de nieve como hacía veinte años no sucedía en Milán….
Jamas olvidaré a ese maldito chofer de taxi y su hospitalidad, jamas olvidaré la espera en el frío de ese maldito taxi ¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Escrito por: Eliana (Argentina).
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