También conocida como la Opera Antigua o Palacio Garnier, la Ópera Garnier es una de las más bellas construcciones e icono de la ciudad de París. Es realmente impactante la vista de la Ópera desde la isleta central de la Plaza de la Opera que además, se encuentra constantemente repleta de visitantes. La Opera se erige justo en medio de la Plaza de la Opera y a escasos metros del Museo del Louvre.
Su diseño se debe al arquitecto Charles Garnier entre 1861 y 1874 y fue por orden de Napoleón III, quien no pudo estar presente en la inauguración en el año 1876, cuando se puso en escena la ópera Jeanne D´Arc, de Mermet. Esta edificación aglomeraba la más alta aristocracia y burguesía de París y hasta el día de hoy, su majestuosa escalinata de ingreso y la bella decoración, no dejan de asombrar a quienes la visitan, especialmente la cúpula decorada con obras de Chagall y sus dimensiones (11.237 mts. cuadrados).
Actualmente allí se realizan especialmente espectáculos de ballet, y de tanto en tanto, alguna que otra ópera clásica, ya que generalmente las óperas se presentan en Bastille, que aunque menos espectacular, es mucho más práctica.