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Crónica de viaje: Sevilla

Los viajes indudablemente, son una fuente inagotable de anécdotas
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Los viajes indudablemente, son una inagotable de anécdotas, y nunca falta la oportunidad para contarlas en las charlas con amigos.

¿Les conté de cuando quedé encerrada en la habitación de un hotel en Sevilla?… jajajaja seguro que en turismo.org no, así que ahí va el relato.

Partí desde Madrid rumbo a distintas ciudades de Andalucía, entre ellas Sevilla, en una excursión por vía terrestre.

Luego de una escala para conocer la mezquita de Córdoba, llegamos a Sevilla y nos instalamos en un hotel ubicado en la zona del Barrio de Santa Cruz, llamado «Hotel Don Paco».

La habitación que me asignaron se encontraba en un tercer piso, algo pequeña aunque muy cómoda, con una ventana que daba a una calle estrecha, y cuya puerta se abría con una tarjeta magnética que también servía para conectar la luz y artefactos eléctricos.

Debía prepararme para la cena que se servía en el comedor del hotel, por lo que fui a ducharme, para estar lista cuando me buscara una chica del contingente.

En un momento me pareció que golpeaban la puerta, fui a atender pero… no pude abrir, y como pensé que solo me había parecido, y debía terminar de prepararme para la cena, lo dejé pasar.

Una vez lista, quise ir a buscar a mi compañera de excursión y ¡¡¡ no podía abrir la puerta!!!! . Quise llamar a conserjería para solucionar el problema y no encontraba la guía de teléfonos internos que hay en todos los hoteles.

Disqué 00, 01, 02 … y así… pero nada… Entonces me puse cerca de la puerta para escuchar si venía alguien por el pasillo para avisarles lo que me pasaba.

Luego de unos minutos escuché caminar a alguien y empecé a golpear la puerta y a decir quedé encerrada. Le pasé a esa persona la tarjeta magnética por debajo de la puerta para que intente abrir desde afuera y como eso no daba resultado, me dijo que avisaría en conserjería.

Pasaban los minutos, varios minutos… Mas de veinte o treinta minutos y yo continuaba sin poder salir de la habitación, por fin llegó la chica con la que había acordado ir a cenar, y también me dijo que avisaría al conserje.

Luego de más de media hora de espera, vino alguien del hotel; intentaron de muchas maneras abrir esa maldita puerta, cambiando las pilas del aparatito donde se introduce la tarjeta, volviendo a poner y sacar mil veces la misma… Y nada ¡Yo trataba de tomar con calma la situación, miraba por la ventana, pero estaba en un tercer piso….y desde allí se veía bastante alto como para intentar algo. No soy claustrofóbica, pero sí puedo asegurarles que es muy feo querer ir a algún lado y no poder hacerlo: en mi caso salir de esa habitación e ir a cenar!!!!!.

Me puse a mirar televisión, mientras afuera, en el pasillo, estaban muchos empleados del hotel probando mil formas de apertura. Lo último que quedaba por hacer era tumbar la puerta … por lo que me decían desde afuera «Señorita, póngase lejos de la puerta que vamos a empujar».

Y así fue, finalmente cedió esa maldita puerta. Obviamente tuve que cambiarme de habitación y los del hotel se deshacían en disculpas tanto es así que poco menos que me ofrecen la suite presidencial !!!!, pero solo opté por otra donde la televisión estaba mejor ubicado con relación a la cama.

Ah! En cuanto a cuál era el número de conserjería…. Era el 4850…. es decir… JAMÁS HUBIERA PODIDO ACERTAR !!!!!! y… ¡¡¡ VIVAN LAS LLAVES COMUNES !!!!!!!

a: Eliana, otra vez en problemas

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