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St. Anton am Arlberg
St. Anton am ArlbergLech am Arlberg Panorama

Arlberg

La región del Arlberg. La elite de los destinos del deporte de invierno en Austria.
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Alberg es una sierra situada entre Vorarlberg y el Tirol en Austria. El pico más alto es el «Valluga» en 2.811 metros (9.222 pies). Los lugares populares y famosos centros de esquí en el Arlberg son Lech, Zürs, Stuben, St. Christoph y St. Anton.

Introducción

Las clásicas estaciones de St. Anton, Lech y Zürs, situadas alrededor del puerto de Arlberg que comunica los estados austriacas de Vorarlberg y Tirol, pertenecen a esa elite de destinos del deporte blanco que cada esquiador apasionado debe haber visitado al menos una vez en su vida. La gran extensión del dominio esquiable que incluye varios valles y macizos y nieve en abundancia, así como el ambiente acogedor y la hospitalidad de los pueblos tiroleses, son los principales ingredientes de la región. Todo ello aderezado con una mezcla entre tradición, jet-set internacional y nostalgia por la edad de oro del esquí alpino.

St. Anton am Arlberg

St. Anton am Arlberg, visto desde las laderas del Galzig.

Ya en 1961 los distintos municipios, con sus respectivos valles y montañas, se juntaron y crearon el forfait común para formar así uno de los dominios esquiables más grandes de Europa, la región del Arlberg. Pero la tradición del esquí en el Arlberg se remonta hasta los mismos orígenes del esquí alpino. El 3 de enero de 1901, hace cien años, un grupo de esquiadores entusiastas, que habían salido de excursión desde St. Anton, fundaron, durante una parada en el hospicio de St. Christoph, el Club de Esquí del Arlberg. En la actualidad este club, de cuyas filas salieron grandes campeones del esquí, como Karl Schranz, con 5.300 afiliados, es el más grande de toda Austria.

Y en 1928, a iniciativa del pionero de esquí local, Hannes Schneider, y del gran impulsor del esquí alpino, el británico sir Arnold Lunn, el club organizó por primera vez la competición de Kandahar en las pistas de St. Anton. Esta temporada, con la celebración de los Mundiales de Esquí en St. Anton del 28 de enero al 10 de febrero de 2001, las carreras del deporte blanco han vuelto a sus origenes, la coincidir además con el 100 aniversario de uno de los clubes de esquí con mayor tradición en el mundo.

El dominio esquiable

El dominio esquiable de la región del Arlberg cuenta con 260 km de pistas preparadas, repartidas sobre un área de unos 50 km2: un macizo o una estación para cada día, o esquiar un día entero sin tener que bajar por ninguna pista dos veces, según lo que se prefiera. Los 83 remontes mecánicos (entre ellos, 10 teleféricos, 2 telesillas de 6 plazas con capota, 7 telesillas de 4 plazas con capota y otros 6 telesillas de 4 plazas normales), son capaces de transportar cada hora a más de 114.000 personas hasta las laderas y montañas nevadas. Las cifras hablan por sí solas.

El municipio más grande y conocido es St. Anton, situado a 1.300 m de altitud al este del túnel del Arlberg. Cuenta con 2.300 habitantes y 8.000 camas en establecimientos de todas las categorías. Su fama y su buena situación geográfica hicieron que este pueblo tirolés pronto atrajera a visitantes procedentes de todo el mundo. De ahí que alguien acuñara, no exento de un toque de ironía, lo del pueblo de mucho mundo. A la estación de St. Anton pertenecen también los municipios de St. Christoph (1.800 m, 50 habitantes, 700 camas) y Stuben (1.409 m, 110 habitantes, 630 camas), situados en la carretera del puerto de Arlberg, con sus respectivas pistas o subestaciones.

Lech am Arlberg Panorama

St. Anton-St. Christoph-Stuben dispone de 120 km de pistas preparadas, la mitad de las cuales son para esquiadores de nivel medio (rojas), mientras que la otra mitad se reparte a partes iguales entre pistas para expertos (negras) y pistas fáciles (azules). Sus 41 remontes mecánicos exploran todo un universo nevado: Galzig, Valluga, Kapall, Rendl y Albonagrat, en el que es prácticamente imposible no hallar la pista con la que exactamente soñamos. Pistas fáciles y largas para disfrutar del paisaje y dejar vagar la mente mientras bajamos, pistas empinadas y salpicadas con impresionantes bañeras que exigen toda nuestra concentración, interminables laderas vírgenes que esperan que alguien dibuje sus huellas en ellas para luego contemplarlas, exhausto pero satisfecho, desde abajo.

El centro neurálgico del área de esquí de St. Anton es el Galzig (2.185 m). Por sus anchas laderas discurren numerosas pistas y constituye la puerta de acceso a la parte más alta de la región, Valluga y Schindlergrat. El teleférico de Galzig nos deja a 2.085 m de altura y una vez allí, podemos calentarnos en la fácil y ancha pista de Osthang o bajar por la pista también fácil que nos lleva hasta St. Christoph para luego volver a subir en uno de los telesillas. Desde la estación del teleférico de Galzig parte otro teleférico que nos acerca, efectuando una travesía vertiginosa por encima del valle de Steissbachtal, hasta Valluga Grat (2.660 m) donde hay que hacer un nuevo transbordo, si queremos subir el último trozo que nos separa del punto más alto de la región, al que se puede llegar con ayuda mecánica, Valluga (2.811 m).

Pero la pista parte desde Valluga Grat. La bajada integral por Ulmer Hütte y el Steissbachtal hasta St. Anton, con sus más de 10 km, es la más larga de la región. Una opción no menos recomendable es seguir bajando, una vez que hayamos pasado por la Ulmer Hütte, hacia Alpe Rauz, situado al lado a St. Christoph, y luego continuar hasta Stuben, donde podemos enlazar con la estación de Albonagrat. Desde Alpe Rauz también se puede volver a subir con el telesilla de Valfagehr, donde para los expertos hay una variante que discurre justo por debajo del telesillas mencionado. Pero la reina de las pistas difíciles es sin duda el Schindlerkar: desde la Schindlerspitze (2.660 m) hasta donde llegamos con un telesilla desde Galzig, giramos hacia la derecha para adentrarnos en este circo repleto de bañeras que desemboca en el Steissbachtal y que pone a prueba nuestra destreza y preparación física. Una variante de entrada que se desvía de la pista de Ulmer Hütte nos acerca a la zona de los Schweinströge que es tan espectacular como el Schindlerkar. Otra de las bajadas largas con las que disfrutarán los esquiadores algo más avanzados, es la de Mattun que parte desde el Collado de Mattun (Mattunjoch) hasta desembocar también en el citado Steissbachtal.

Junto a la región de Galzig-Valluga se encuentra la de Kapall-Gampen (2.330 m), famosa por su tradicional descenso de Kandahar cuya historia se remonta al año 1928. Hay también pistas para todos los gustos y no sería mala idea iniciar la jornada con una bajada fácil y panorámica de Kapall a Gampen, la estación intermedia. El descenso hasta St. Anton supera un desnivel de 1.000 m que es largo y entretenido. En la parte inferior, en la temporada pasada se acondicionó la nueva pista de Fang que resulta ser una opción atractiva para los esquiadores más avanzados. En cuanto a los remontes mecánicos, la zona cuenta desde esta temporada con un nuevo teleférico con cabinas para ocho personas que sube desde Nasserein, situado entre St. Anton y St. Jakob, hasta la estación de Gampen (1.850 m) y que sustituye al funicular de St. Antón-Gampen, a la vez que debe contribuir a descongestionar los puntos más conflictivos, que habitualmente son los del teleférico de Galzig y el telesilla de Gampen. A este respecto hay que recordar que podemos enlazar con la zona de Galzig desde Gampen-Kapall si bajamos hacia la parte inferior del Steissbachtal (donde se llega también por el itinerario de esquí de Kapall-Mattun), para subir a continuación en el telesilla de Zammermoos o Feldherrenhügel. Hacer los primeros giros en el Kapall es una opción que siempre me ha gustado, ya que permite subir en no demasiado tiempo hasta una altitud de 2.300 m, es decir, hasta 1.000 m por encima del valle. Desde Kapall podemos hacer una o dos bajadas relajadas y panorámicas a Gampen, o incluso una bajada integral hasta St. Anton, antes de trasladarnos a Galzig-Valluga-Schindler Spitze.

Al otro lado del valle de St. Anton, enfrente de las dos regiones descritas, la zona del Rendl constituye una pequeña estación aparte, ya que no enlaza con ninguna de ellas pero dispone también de un buen número de pistas recorridas por media docena de remontes mecánicos. Un telecabina transporta a los esquiadores hasta la estación de Rendl, situada a 2.100 m de altitud. Continuaremos con el remonte de Gampberg o los telesillas de Riffel I y Riffel II para acceder a la parte superior de la zona. El punto más alto, Riffelscharte, se encuentra a 2.645 m. Desde allí, la bajada hasta St. Anton, cuyo tramo inferior discurre por una amplia zona boscosa, supera nada menos que 1.300 m de desnivel. La zona del Rendl destaca también por su amplia oferta de variantes fuera de las pistas controladas y de rutas de esquí de montaña (véase apartado correspondiente).

Stuben, un pueblecito con encanto situado a los pies del puerto del Arlberg en el lado que mira hacia Vorarlberg, es el punto de partida para esquiar en la zona de Albona-Grat (2.400 m). Para llegar a Stuben, la opción más atractiva es sin duda subir hasta Schindlergrat o Vallugagrat, accesibles desde St. Anton y St. Christoph, y bajar por Ulmer Hütte y Alpe Rauz (pista Valfagehr), aprovechando así la ocasión para disfrutar de una de las bajadas más largas de la región. Si por el contrario venimos de Zürs o Lech, tenemos que quitarnos las tablas y coger en Zürs el Skibus que nos dejará en Alpe Rauz. Las pistas que parten desde Albona Grat y Maroj-Sattel hacia ambas vertientes de la montaña son una opción más que recomendable para pasar al menos media jornada. Hay bajadas largas y entretenidas, predominando las de dificultad media, y los amantes de las nieves vírgenes encontrarán un montón de posibilidades, que pueden llegar a ser casi infinitas después de una buena nevada, al margen de las pistas balizadas o en los itinerarios de esquí. Entre estos últimos, uno de los clásicos es la bajada directa de Albona Grat a Stuben (recomiendo hacerla solamente cuando las condiciones de nieve son realmente buenas). Y después, ¡a reponer fuerzas con un buen plato regional en uno de los restaurantes rústicos de Stuben!

Las estaciones deZürs y Lech, en su conjunto, no tienen nada que envidiar a la estación de St. Anton-St. Christoph-Stuben. Cuentan con 140 km de pistas preparadas. Zürs se encuentra en el Flexenpass, a 1.720 m de altitud, y sus pistas acaban prácticamente delante de la puerta del hotel. Esta localidad de 120 habitantes, que antes de que llegaran los remontes era una simple zona de pastos, dispone de una capacidad de alojamiento de 1.500 camas con cierta tendencia a la gama alta ( 3, 4 y 5 estrellas). Las principales pistas del diamante en la nieve son la bajada del Rüfikopf (2.362 m), al que subiremos con teleférico desde Lech, por Trittalm y Hexenboden (hay que enlazar con el remonte de Schüttboden) y las del vecino Trittkopf (2.423 m). Las últimas son algo más exigentes que la primera. En la ladera de enfrente, si subimos hasta el Madloch (2.500 m), nos espera otra joya entre las pistas, la bajada hacia Zug: cinco kilómetros para disfrutar alternando las laderas anchas, para trazar giros generosos, con tramos de bañeras. Una vez llegado a Zug (1.511 m), una de las pedanías de Lech (1.450 m), se nos ofrecen dos posibilidades para continuar con la clásica vuelta al Madloch, que consiste en dar una vuelta completa al dominio esquiable de Zürs y Lech al final del cual nos encontraremos de nuevo en nuestro punto de partida, que puede ser tanto el uno como el otro de los dos pueblos citados. Quienes ven el deporte blanco desde una perspectiva más tranquila continuarán esquiando, relajadamente, por el camino que lleva hasta Lech. Los demás, a su vez, subirán acto seguido con el telesilla de Zugerberg para pasar al Kriegerhorn y luego continuar la ascensión hasta la Mohnenfluh (2.377 m).

Desde ahí, los más aficionados no desperdiciarán una que otra bajada al Steinmähder, tal vez por una de las numerosas variantes fuera de pista, antes de relajarse en las pistas más fáciles de la zona de Rotschrofen-Weibermahd-Oberlech y hacer un merecido descanso en una de las soleadas terrazas de Oberlech (1.730 m). Si hemos comenzado la vuelta en Zürs, ahora sólo nos queda subir de Lech (1.250 habitantes, 6.700 camas de todas las categorías) al Rüfikopf y bajar según lo hemos descrito más arriba. 0 ¿tal vez quede tiempo para hacer otra bajada del Trittkopf?

Los fuera de pista

En una estación tan grande y con tanta abundancia de nieve, las posibilidades para esquiar fuera de pista son, como cabe esperar, casi infinitas. Junto a los 260 km de pistas preparadas, en St. Anton-St. Christoph-Stuben y Zürs-Lech existen unos 180 km de rutas fuera de las pistas preparadas, entre variantes de pistas e itinerarios de esquí. En St. Anton, junto a los ya descritos Schindlerkar y Mattun, destacan las zonas de Rendl y Albonagrat. En Zürs, la estrella es la bajada del Madloch por el Stierloch que termina en Zug. Y en Lech, los adictos a las nieves vírgenes encontrarán lo que buscan en la zona de Mohnenfluh, Steinmähder y Rotschrofen.

Como siempre, en las bajadas fuera de pista y sobre todo en los itinerarios de esquí, hay que informarse sobre el estado de la nieve y, desde luego, sobre un eventual peligro de avalanchas, así como respetar las señales de advertencia.

El tentempié

Podemos encontrar restaurantes panorámicos con terraza en prácticamente todos los sitios estratégicos, es decir, en las estaciones de Galzig, Gampen, Rendl, Rüfikopf y Kriegerhorn, para citar solamente algunos. Si queremos reponer fuerzas o simplemente tomar algo durante una bajada, podemos pararnos en uno de los refugios de esquí, es decir, bares-restaurantes rústicos situados a pie de pista.

Entre mis sitios preferidos están Ulmer Hütte, en la bajada de Schindlerspitze, o Senn-Hütte, aunque esta última casi la recomiendo por la tarde para iniciar el Après-Ski, aprovechando la última bajada del día a St. Anton. También me gusta bajar a St. Christoph a media mañana y saciar la primera sed del día antes de aventurarme con el Schindlerkar. Y luego, tal vez comer algo en Stuben antes o después de la bajada desde Albona Grat. Pero claro está que esto son gustos o hábitos personales, ¡hay un montón de sitios! En cualquier caso, para la sed tomaremos un Skiwasser, un Almdudler o un Radler, y si necesitamos calentarnos por dentro, pedir un Jagatee.¿En qué consisten?, recomiendo sencillamente probarlo. Para el hambre, no viene mal degustar uno de los platos regionales como Tiroler Gröstl, Käsespätzle o Kaiserschmarrn. Naturalmente, también podemos pararnos simplemente al lado de la pista durante una bajada o antes de bajar de nuevo y sacar las cosas que nos hemos traído en la mochila.

Después de esquiar

Al caer la tarde, en St. Anton se van llenando los refugios situados en la parte baja de las pistas. Esquiadores de todos los niveles y procedentes de todas partes se dan cita en la Senn-Hütte, el Mooserwirt o la Rodel-Hütte antes de hacer los últimos giros del día y quitarse el mono y las botas. Entre los animadores profesionales que calientan el ambiente con música en directo, y el Jagatee o el Glühwein, la cosa se va animando cada vez más. Después, la pregunta es si ir a ducharse ya o pasar antes por el Crazy Kangoroo, si quieres aprender a bailar con las botas puestas éste es un buen sitio.

En las terrazas soleadas de Lech y Oberlech, Zürs, Stuben y St. Christoph, la cosa no es diferente. Para más tarde, podemos elegir (para nombrar solamente algunos de los sitios con ambiente) entre la discoteca Postkeller, el bar Vernissage o el más pijo: Zürserl, el lugar de encuentro de los famosos que pasan por Zürs. Entre la primera y la segunda fase del Après-Ski, si no hemos quemado todos los cartuchos en la pista, podemos patinar sobre hielo, jugar al curling o a los bolos o ir a la piscina cubierta de uno de los hoteles. Los deportistas más incombustibles jugarán al tenis o al squash. Pero sin duda una de las opciones más divertidas es bajar en trineo por el tobogán de Gampen que termina en el valle, 4 km de bajada vertiginosa que supera un desnivel de nada menos que 500 m. Con el teleférico de Nasserein es posible subir por la noche. Como alternativa cultural, también podemos ir al cine o visitar el Museo Etnográfico y de Esquí ubicado en el Kandaharhaus en St. Anton.

Por último, aunque en estos casos se trate menos de après-ski que de en-vez-de-ski, podemos hacer una excursión en trineo de caballos desde St. Anton hasta el valle de Ferwall, o también de Lech a Zug, como opción más tranquila, o lo que sería una opción más aventurera, hacer un vuelo en parapente (vuelo tándem) desde Kapall (2.300 m). ¿Y cenar? Teniendo a nuestra disposición más de una docena de restaurantes de gama alta (Gault-Millau) que ofrecen un ambiente selecto, numerosos locales rústicos y restaurantes con cocina internacional, la oferta gastronómica no deja nada que desear.

El esquí de montaña

Las posibilidades para practicar el esquí de travesía en busca del silencio de la alta montaña y las laderas interminables con nieve virgen son múltiples, aunque en el Arlberg no encontraremos grandes ascensiones o clásicos del esquí de montaña como en el Ötztal, el macizo del Venediger o el Valais.

Esto también tiene sus ventajas, ya que no habrá tanta acumulación de esquiadores-montañeros en una misma ruta. A menudo podremos aprovechar los remontes mecánicos para los esquiadores normales y bastará con una subida o una travesía más bien corta para encontrarnos completamente solos y poder trazar nuestras huellas por sitios donde aún nadie ha dibujado las suyas antes, o al menos no desde la última nevada. Algunas de las rutas más destacadas son las siguientes: subir al Kreuzjoch y bajar por el valle de Moos o el valle de Malfon a St. Anton (Rendl); el Hinterer Rendl (Rendl); la zona del Albona-Grat y el valle de Ferwall; bajar desde el Madloch hasta el Stierloch y a continuación subir al Schafberg para hacer la bajada de Mehlsack a Zug (Zürs-Madloch); el Zuger Hochlicht, la zona de Mohnenfluh y el Karhorn (Lech).

El esquí nórdico

En St. Anton existen dos circuitos largos para esquí nórdico y uno corto o de entrenamiento. El más largo, de unos 20 km, discurre por la orilla del Rosanna y lleva hasta el municipio de Flirsch, al este de St. Anton. El circuito de Ferwall parte desde el Hotel Mooserkreuz, en St. Anton, y discurre por el valle de Ferwall rodeando el lago del mismo nombre (12 km). En St. Christoph hay un circuito corto de 2,5 km cuyo punto de partida es el lugar de encuentro de las escuelas de esquí.

En Lech existe un circuito de unos 15 km que discurre a orillas del río Lech por el espacio natural protegido del valle de Zug, así como un circuito de entrenamiento de Lech a Stubenbach (1,5 km). Finalmente, en Zug existe una pista que parte desde el teleférico del Trittkopf y termina en el puerto de Flexen (4 km). El equipo puede alquilarse en todas las tiendas de deporte, y las respectivas escuelas de esquí ofrecen cursos de esquí nórdico.

Los mundiales de esquí de St. Anton 2001

St. Anton acogió esa temporada los Mundiales de Esquí alpino que se celebraron desde el 28 de enero hasta el 10 de febrero de 2001.

Los organizadores contaron con la participación de más de 200 atletas procedentes de 60 naciones. Todas las competiciones se desarrollaron en la zona de Kapall, Gampen y Fang donde desde enero existen restricciones, mientras que en las demás zonas y pistas, es decir, en el Galzig, Valluga, Rendl, Albona así como en Zürs y Lech, se puede esquiar con total normalidad. Las competiciones fueron seguidas a pie de pistas por un gran número de esquiadores.

Todas las carreras terminaron, por primera vez en la historia de los mundiales de esquí, en una misma meta, y para la ocasión, se construyó un nuevo estadio con capacidad para 10.000 espectadores. Junto al estadio hay un nuevo centro multifuncional que durante los Mundiales sirvió como centro para los medios de comunicación de todo el mundo y después del megaevento de la temporada se transformará en un centro para congresos y espectáculos que incluirá instalaciones de ocio, salud y una piscina cubierta. Como otras novedades y medidas de mejora de la infraestructura realizadas con ocasión de estos mundiales, cabe destacar el traslado de las líneas del ferrocarril que antes dividían el municipio en dos mitades, y que a partir de ahora lo bordean por el sur, donde también se encuentra la nueva estación de trenes. Durante los Mundiales se puso en marcha un servicio especial de autobuses.

Un incentivo para acercarse en tren. Las entradas para los mundiales adquiridas en las estaciones de ferrocarril Euris-ÖBB incluyen el viaje en tren desde cualquier estación en Tirol o en Vorarlberg hasta St. Anton (ida y vuelta). En cuanto a las restricciones para las pistas, éstas serán las siguientes: la zona de Gampen-Kapall (telesilla de Kapall) estará cerrada al público. Sin embargo, después del descenso masculino, las pistas volverán a abrir al menos en parte. El remonte de Schöngraben con la pista de Kapall-Schöngraben permanecerá cerrado, ya que está destinado a las carreras de entrenamiento. Además, el telesilla de Fang estará cerrado durante todo el período de los mundiales. No obstante, se podrá subir con el nuevo teleférico de Nasserein y con el telesilla de 4 personas de St. Anton-Gampen se podrá bajar al telesilla de Mattun y acceder a la zona del Galzig a través del telesilla de Zammermoos.

Qué hacer: Recomendaciones

– Dedicar un día completo a hacer un Ski-Safari recorriendo la región entera sin bajar por ninguna pista más de una vez. Entre St. Christoph/Alpe Rauz y Zürs hay que coger el autobús. Si nos contentamos con la vuelta al Madloch, contar medio día.
– Aprovechar la estancia en el Arlberg para mejorar nuestra técnica del wedeln. Hay incontables variantes fuera de pista y rutas de esquí para bajar por nieves vírgenes.
– Excursión en trineo de caballo al valle de Ferwall o al valle de Zug.
– No perderse el ambiente en los refugios de esquí en la fase caliente del Après-Ski.
– Bajar con trineo desde Gampen hasta St. Anton por la noche.
– Imprescindible degustar las especialidades regionales.
– En cuanto a alojamiento le oferta es variada. Para los amantes del lujo la mejor oferta está en St. Antón: el Hotel Alte Post, situado al pie de los remontes y de las pistas (Tel. 05446-25530. Web: www.hotel-alte-post.at); y el Hotel Arlberg, cerca del centro y de los remontes (Tel. 0-5446-2210-0. Web: www.hotelarlberg.com).

En Lech recomendamos el Hotel Theodul, a 200 m de los remontes; y el Hotel Jagdhaus Monzabon, en pleno centro de Lech y a pie de pistas.
Para más información sobre hoteles y realizar reservas visitar la página oficial de Lech am Arlberg

Enlaces

Página oficial de Lech am Arlberg
St. Anton Oficina de Turismo
St Anton am Arlberg Webcams

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